Los umpires de Grandes Ligas iniciaron el lunes con la inspección en búsqueda de sustancias pegajosas por parte de los lanzadores para manipular las pelotas.
Una práctica que había sido contra las reglas desde hace varios años, pero rara vez ejercida, ya no se pasará por alto. La medida inició el lunes cuando umpires en Ligas Menores y Grandes Ligas iniciaron las revisiones regulares a todos los lanzadores en busca de sustancias pegajosas para tener un mejor agarre de la esférica, pero que también puede ayudar a incrementar la rotación de la pelota, lo que hace que sea más difícil de batear.
“Creo que lo he visto todo en el béisbol, pero esto es nuevo, establece un nuevo precedente”, dijo el manager de los Astros de Houston Dusty Baker, quien actualmente está en su temporada 24 como timonel de Grandes Ligas luego de 19 campañas como pelotero.
Cuestionado sobre si el uso de estas sustancias era permitido de manera tácita en el pasado, Baker respondió: “Realmente no hacías un alboroto de todo eso, pero era contra las reglas, así que ya veremos”.
Cualquier lanzador que sea sorprendido utilizando sustancias ajenas podría ser expulsado del partido y posteriormente suspendido por 10 encuentros.
Jacob deGrom fue el primer lanzador en ser inspeccionado conforme a las nuevas directrices en el primer duelo de una doble cartelera entre Mets y Bravos. El dos veces ganador del premio Cy Young de la Liga Nacional pasó la prueba.
Mets y Bravos fueron dos de los 14 equipos con partidos programados para el lunes, seis días después de que se enviara un memo de cinco páginas a los equipos sobre el cambio en el ejercicio de las normas luego de lo que el comisionado Rob Manfred describió como un largo proceso de reiteradas advertencias sin que surgieran efecto.
Los aficionados en Citi Field abuchearon cuando el umpire Ben May se interpuso en el camino de deGrom hacia la caseta al concluir sin daño la primera entrada, incluyendo dos ponches.
El jefe de cuadrilla Ron Kulpa corrió desde la tercera base y le pidió a deGrom su guante y su gorra, y el lanzador se los entregó entre risas. Kulpa los revisó y los devolvió, y luego le pidió que se desabrochara el cinturón para revisarlo.
Con la venia de Kulpa, deGrom caminó hacia la caseta mientras reía con el receptor Tomás Nido.
El abridor de los Bravos, Kyle Muller, quien realizaba la primera apertura de su carrera en Grandes Ligas, también fue inspeccionado al concluir el primer episodio.
DeGrom pareció preguntarle a May si necesitaba ser inspeccionado nuevamente al concluir la segunda entrada, pero May le dijo que no. Sin embargo, se le realizó una nueva revisión después del quinto episodio, desatando nuevos abucheos.
Manfred dijo la semana pasada que era necesario ejercer las restricciones a las sustancias ajenas para “emparejar la situación” después de dos meses de recabar datos, incluyendo inspecciones a las pelotas utilizadas en los partidos y a pruebas realizadas por inspectores independientes. Todo esto ocurrió en momentos en que el porcentaje de bateo se encuentra en su punto más bajo en más de medio siglo y el número de ponches se enfila a cifras históricas.
Cualquier jugador suspendido no podrá ser remplazado en el roster activo de su equipo. El manager de los Bravos, Brian Snitker, dijo que se reunió con sus peloteros el domingo para hablar de las medidas.
“Creo que lo más importante que queríamos reiterar, es que si te suspenden, no te podemos reemplazar”, dijo el lunes. “Eso es importante. Creo que todos están al tanto de lo que está sucediendo y que tan grave es, no andar con tonterías y ser suspendido, porque definitivamente es un duro golpe para el equipo”.
Cuestionado sobre si las sustancias pegajosas eran un problema en el pasado, declaró: “Se notaba que los muchachos utilizaban algo. Podía escuchar como la pelota salía de sus dedos”, dijo el manager.
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