El sindicato de peloteros de las Grandes Ligas extendió hasta 2022 el contrato con su director general Tony Clark.
Con ello, Clark seguirá al frente del gremio incluso un año después de que expire el actual contrato colectivo con las mayores.
Clark, quien como primera base llegó a ser elegido para el Juego de Estrellas, asumió como líder tras el fallecimiento de su antecesor Michael Weiner en 2013. Encabezó las negociaciones para un contrato colectivo vigente de 2017 a 2021.
«Más que otra cosa, por la participación de nuestros chicos, el interés que demuestran ahora y hacia el futuro, la comunicación y el apoyo, agradezco la oportunidad de hacer esto, de liderarlos a través de todo esto», dijo Clark el miércoles, al concluir la reunión anual de la junta ejecutiva del sindicato.
El encuentro de esta semana se realizó en el mismo hotel del norte de Texas donde Clark y el sindicato se reunieron hace un par de años con los dirigentes y llegaron a un acuerdo verbal sobre el contrato colectivo de la actualidad. En agosto, el sindicato realizó una adición clave a su personal, con la contratación de Bruce Meter como director de negociaciones colectivas y legales.
Hubo tensiones entre los jugadores y las gerencias cuando decenas de agentes libres con experiencia se quedaron sin firmar contratos hasta bien entrada la pretemporada. Algunos demoraron mucho más en hallar equipo.
A dos semanas de iniciado el entrenamiento de pretemporada, un tercio de los 166 peloteros que se declararon agentes libres en noviembre pasado no habían llegado a acuerdos.
Hay actualmente unos 150 agentes libres, cuando apenas comienza el receso entre campañas.
Al preguntársele si la situación era diferente ahora, Clark manifestó un «cauto optimismo».
«Tenemos preocupaciones que había el año pasado, particularmente relacionadas con la competitividad en el terreno y la forma en que ello se refleja en decisiones relacionadas con los rosters y los peloteros individuales. Esas preocupaciones siguen ahí», comentó. «Pero conservamos un cauto optimismo de que, un año después, los intereses de los clubes individuales y de la industria en general han hecho que los equipos tomen decisiones con miras a competir en el corto plazo y en los próximos tres, cuatro, cinco o seis años».
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