Este domingo por la tarde en el pequeño pueblo de Cooperstown, en el estado de Nueva York, Mariano Rivera y Edgar Martínez se sumarán a la lista de latinoamericanos exaltados al Salón de la Fama de Béisbol.
El panameño Rivera y el puertorriqueño Martínez se han pasado la mayor parte de esta semana en Cooperstown entre encuentros con dignitarios del Salón, tours del pueblo y del museo y actividades sociales con otros exaltados vivientes.
El domingo, por fin, toda la preparación se convertirá en realidad con sus discursos y la revelación de sus nuevas placas.
“Estos días han sido muy hermosos, bonitos”, dijo Rivera, ex cerrador de los Yankees de Nueva York y líder de todos los tiempos en juegos salvados en las Grandes Ligas. “Han sido emocionantes. Ha sido algo (del) cual llevo en mi memoria, llevo en mi mente. El trato de la gente, los fanáticos por todos lados. Es algo lindo”.
Al igual que Rivera, Martínez—fino bateador derecho de los Marineros de Seattle y ganador de dos títulos de bateo de la Liga Americana—ha sido parte de las actividades diarias del Salón esta semana, acompañado por un sinnúmero de familiares y allegados.
“Emocionado. Llevo un tiempo emocionado y ahora simplemente espero el domingo”, dijo Martínez. “(Esperé) 10 años (en la boleta de la Asociación de Escritores de Béisbol de Norteamérica, la BBWAA), pero finalmente está llegando el momento. (El domingo) es el día grande”.
Rivera y Martínez han revelado poco de lo que han preparado como discursos, aunque Rivera ha confirmado que hablará algo de español tanto para sus compatriotas panameños como para Latinoamérica en sentido general.
“Lo tengo escrito” afirmó Rivera, el primer elegido de manera unánime por la BBWAA. “No sé lo que pueda pasar en el momento que llegue. Vamos a esperar si hablo de mi corazón o hablo del escrito. Pero va a ser bueno”.
Dice Martínez que quiere agradecer a las tantas personas que lo apoyaron en lo que es la exigente carrera de un jugador de Grandes Ligas.
“Mayormente sería para dar las gracias a las personas que han ayudado a uno a través de los años”, manifestó el criado en Maguayo, Dorado en Puerto Rico. “Ésa va a ser la mayoría del discurso, darle las gracias a los que me han ayudado”.
Si Rivera y Martínez tocan los temas que abarcaron en sus encuentros con los medios el sábado, mucho se hablará de sus inicios y los sacrificios que tuvieron que hacer para triunfar al más alto nivel del béisbol.
“El éxito es el resultado de todo ese trabajo”, dijo Rivera, oriundo de Puerto Caimito, Panamá. “Sí, vemos el producto final, pero no vimos el comienzo, el desarrollo. Eso es lo que estamos enfatizando, que no fue fácil. Hubo que llorar también para llegar hasta donde hemos llegado”.
En ambos casos, el domingo será un momento para reflexionar sobre el camino que tomaron para lograr esta culminación de sus sueños.
“Uno empieza a jugar desde pequeñas ligas”, expresó Martínez, quien será exaltado el domingo junto a Rivera, Mike Mussina, Lee Smith, Harold Baines y Roy Halladay (de manera póstuma). “Uno jugando en esas ligas nunca se imagina que este momento llegue. Cuando llega, uno piensa en todos esos años que jugó en Puerto Rico. Significa mucho.
“Cuando juegas por mucho tiempo, no ves mucho a tu familia. Son muchos sacrificios, pero esto es como la clausura y el mayor premio que puedes recibir como pelotero. Es bastante especial”.
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