Los Dodgers se encuentran en su tercera Serie de Campeonato de la Liga Nacional en forma consecutiva, un año después de quedar a una victoria de un título de la Serie Mundial. En total, han estado en seis postemporadas al hilo, ganando la División Oeste de la Liga Nacional en cada oportunidad.
Por otro lado, los Cerveceros no alcanzan esta ronda de los playoffs desde el 2011, que justamente fue la última vez que habían clasificado antes de arrollar a los Cachorros este año por el título de la División Central y barrer de manera contundente a los Rockies en la Serie Divisional.
Los Angeles llega a esta serie contra Milwaukee con toda la experiencia de su lado, más su enorme talento e impresionante profundidad tanto en el bateo como el pitcheo. Pero los azules saben que el oponente será formidable, un equipo que ha ganado 11 partidos en forma consecutiva desde la última semana de la campaña regular.
Las hostilidades iniciarán el viernes en el Miller Park, casa de los Cerveceros.
«Otra vez tenemos que prepararnos cada día para poder vencer al gran equipo de Milwaukee, para poder pasar a la World Series», dijo el cubano Yasiel Puig, el único jugador de posición de los Dodgers que ha participado en cada una de las últimas seis postemporadas de los azules. «Somos un buen equipo. Estamos unidos, queremos ganar, queremos la victoria. Queremos traerle la victoria a Los Angeles, que tiene 30 años esperando por esta victoria desde 1988. Nosotros vamos a traerla».
La ofensiva de los Dodgers fue líder de la Liga Nacional durante la temporada regular en anotadas (804), jonrones (235, un récord de la franquicia) y slugging (.442).
Ahora bien, en los cuatro partidos de su Serie Divisional ante los Bravos, el ataque azul fue curioso. Como equipo, Los Angeles bateó apenas .210, pero negoció 27 bases por bolas y conectó ocho cuadrangulares. De sus 20 carreras anotadas, 14 fueron producto de batazos de cuatro esquinas.
Manny Machado, adquirido a mediados de julio por los Dodgers desde los Orioles, fue autor de dos de los bambinazos de Los Angeles vs. Atlanta.
«Hicimos lo que teníamos que hacer, pero esto no va a parar ahora», dijo Machado, quien empujó seis carreras en la primera ronda de los playoffs y estará en la primera Serie de Campeonato de su carrera. «Vamos a seguir para adelante, haciendo lo que tenemos que hacer».
En cuanto al pitcheo se refiere, aparte de una entrada de cinco carreras que sufrió Walker Buehler en el Juego 3 — la única derrota de los Dodgers frente a los Bravos — los brazos azules hicieron un trabajo estelar. Con la excepción de aquel fatídico segundo episodio el domingo en Atlanta, el cuerpo monticular azul concedió apenas tres anotaciones en los otros 34.0 capítulos. Brillaron como abridores Hyun-Jin Ryuy Clayton Kershaw en los primeros dos encuentros, blanqueadas combinadas propinadas a Atlanta, mientras que Rich Hill hizo lo suficiente en el decisivo Juego 4.
Y el relevo de los Dodgers, encabezado por el cerrador Kenley Jansen y reforzado con Kenta Maeda, el dominicano Pedro Báez, Scott Alexander, Ryan Madson y Alex Wood, entre otros, luce tan formidable como siempre. Como grupo, permitieron una sola vuelta en 10.1 entradas contra los Bravos.
La prueba que presentan los Cerveceros, el equipo más encendido de Grandes Ligas ahora mismo, luce más formidable que la de Atlanta. Pero los Dodgers, que tuvieron que sacar la garra en la recta final para ganar el Oeste, también viven uno de sus mejores momentos del año con siete victorias en sus últimos ocho partidos.
«Dije en septiembre que sentía que estábamos jugando nuestro mejor béisbol, colectivamente», expresó el manager del equipo de Los Angeles, Dave Roberts, cuya tropa les ganó la serie particular a los Cerveceros 4-3 en la temporada regular. «Tomamos una ruta dura para llegar hasta este punto y sí creo que eso nos hizo más fuertes. Pero todos sabemos que hay más trabajo por hacer y que nos faltan ocho triunfos más».
Agregó el receptor de los Dodgers, el cubano Yasmani Grandal: «Obviamente, hemos estado en esta situación antes y todavía nos queda un camino muy largo. Si Dios quiere, podemos pasar a la Serie Mundial y ganar un juego más de lo que hicimos el año pasado».
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