La derrota 5-3 de los Twins en el último juego de la serie ante los Orioles la noche del jueves en Camden Yards terminó siendo bien dolorosa para el puertorriqueño Carlos Correa.
El campocorto de Minnesota tuvo que ser retirado del encuentro en el séptimo inning después de ser golpeado por sendos pitcheos en visitas al plato consecutivas, una en la muñeca izquierda y otra en la mano derecha. El viernes le harán una tomografía en el dedo medio de la mano derecha.
Los Twins anunciaron después del juego que las pruebas preliminares que le hicieron a Correa en el estadio revelaron que existe el potencial de que encuentren una fractura sin desplazamiento en el dedo afectado.
Si los exámenes del viernes revelan que efectivamente hay una fractura sin desplazamiento, Correa probablemente no necesitaría cirugía.
“Estaba allá abajo con los trainers haciéndose algunas pruebas, tratando de apretar la mano, y tenía mucho dolor”, dijo el coach de la banca de los Twins, Jayce Tingler, quien asumió el rol de manager el jueves luego de que Rocco Baldelli diera positivo por COVID antes del juego. “Mañana (el viernes) deberíamos tener más información.
Fue un mal final para una gira por la ruta en la que Correa había empezado a darle una vuelta a su temporada. Se encendió esta última semana después de un arranque lento, yéndose de 34-14 (.412) con un jonrón, ocho empujadas y seis carreras anotadas en sus últimos ocho juegos. Esto después de que Correa bateara .167 (de 60-10) con un cuadrangular, tres remolcadas y seis anotadas en sus primeros 16 cotejos para Minnesota tras firmar un contrato por tres años y US$105.3 millones.
Correa no conectó imparables el jueves, pero se dejó sentir con su guante, corriendo 80 pies hacia terreno del jardín izquierdo para tomar un elevado de Trey Mancini en el tercero.
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