A finales de mayo, los Medias Rojas tomaron una decisión sorpresiva que, según el propio presidente de operaciones de béisbol Dave Dombrowski, fue motivada por el manager Alex Cora.
El dominicano Hanley Ramírez, pieza íntegra de los Patirrojos desde el 2015, fue designado para asignación y finalmente dejado en libertad.
Según Dombrowski, el boricua Cora expresaba que ante el regreso de Dustin Pedroia a la segunda base y de Mitch Moreland a la primera, Ramírez se vería mayormente como un jugador suplente y que no rendiría en ese rol.
También estaba el tema de la opción de Ramírez de US$22 millones para el 2019 que se ejercería automáticamente si el quisqueyano llegaba a 497 visitas al plato. Con 195 en el momento de ser separado del equipo, Ramírez llevaba ritmo para cumplir ese requisito. Dombrowski siempre desmintió que ése fuera un factor en la decisión de cortar lazos con el primera base/bateador designado.
«La gente habló mucho de que fui yo quien estuvo detrás de esa decisión», dijo Cora el martes, en el marco del inicio de la Serie Mundial del 2018 entre sus Medias Rojas y los Dodgers de Los Angeles, «pero habíamos hablado sobre esa situación en particular, con Dustin camino a un regreso, desde los entrenamientos. (Pedroia) estaba por volver y Moreland estaba bateando bien.
«Sentíamos que no iba a funcionar la idea de Hanley como sustituto o bateador emergente. Hanley necesita sus turnos para rendir».
En esas 195 visitas al plato en el 2018, Ramírez bateó .254/.313/.365, con seis jonrones y 29 empujadas. Empezó a todo vapor, con .307/.357/.474 en marzo/abril, pero bajó a .163/.200/.300 en mayo antes de ser puesto en asignación.
«No estaba bateando bien», recordó Cora. «Tenía problemas con pitcheos de alta velocidad. Estaba conectando muchos rodados. En ese momento, pensábamos que a nivel ofensivo y defensivo, Mitch iba a representar una mejoría y nos fuimos con él.
«Al mismo tiempo pensábamos que Blake (Swihart) iba a ser una parte grande del equipo. No estaba fungiendo mucho como cátcher, pero su versatilidad era importante para nosotros. Sabe correr. Sabe jugar en la primera. Sabe fungir como receptor y jardinero. Pensábamos que su versatilidad era una gran parte de lo que necesitábamos y por eso hicimos el movimiento».
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